La tarta Selva Negra, conocida en alemán como Schwarzwälder Kirschtorte, es otro clásico de la repostería europea, originario de la región de la Selva Negra (Schwarzwald) en el suroeste de Alemania. Su historia es un poco más difusa que la de la tarta Sacher, pero está profundamente ligada a las tradiciones y sabores de esta zona montañosa y boscosa, famosa por sus cerezos y su licor de kirsch.
Aunque no hay un consenso absoluto sobre su creación exacta, se estima que la tarta Selva Negra comenzó a tomar forma a principios del siglo XX, alrededor de 1915. Una de las teorías más aceptadas apunta a Josef Keller, un pastelero de la ciudad de Bad Godesberg, como su inventor. Keller habría combinado por primera vez capas de bizcocho de chocolate, nata montada, cerezas y kirschwasser (un aguardiente típico de la región destilado de cerezas) para crear este postre. En 1915, se dice que sirvió esta tarta en su pastelería, y su popularidad comenzó a crecer desde ahí.
Sin embargo, los orígenes de la tarta también están conectados con la cultura de la Selva Negra mucho antes de esa fecha. El kirschwasser, ingrediente clave, lleva siglos siendo producido en la región, y las cerezas frescas son abundantes en los huertos locales. Algunos historiadores creen que la tarta evolucionó de postres más simples que combinaban estos ingredientes con pan o bizcochos, una práctica común entre los habitantes de la zona. Incluso hay quienes vinculan su nombre y estética al paisaje oscuro de los bosques de la Selva Negra y a los trajes tradicionales de las mujeres de la región, con sus sombreros de bolillos negros que recuerdan a las capas de chocolate.
La receta clásica de la Schwarzwälder Kirschtorte incluye varias capas de bizcocho de chocolate embebido en kirsch, relleno de nata montada y cerezas (a menudo guindas o cerezas en conserva), y decorado con más nata, virutas de chocolate y cerezas enteras. El contraste entre el dulzor de la nata, el toque ácido de las cerezas y el amargor del chocolate, junto con el distintivo sabor del licor, es lo que la hace tan especial.
A diferencia de la tarta Sacher, que tiene una "versión oficial" disputada entre dos casas, la Selva Negra no está ligada a un solo creador o establecimiento, lo que ha permitido que se extienda y adapte ampliamente. En la década de 1930, ya era conocida en toda Alemania, y tras la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en un símbolo de la repostería alemana en el mundo. Hoy es un postre habitual en celebraciones y pastelerías internacionales, aunque las versiones modernas a veces omiten el kirsch o usan sustitutos, lo que los puristas consideran una traición a la receta original.
Curiosamente, su nombre en inglés, "Black Forest Cake", y su difusión global han hecho que algunos la asocien más con un postre internacional que con sus raíces alemanas. En la Selva Negra misma, sigue siendo un orgullo local, y hay eventos como concursos de repostería que celebran las mejores interpretaciones de esta tarta.
Comments